Mi documental "A Fanatic By Choice"

lunes, 7 de septiembre de 2009

Inglorious Basterds


Y todo se resume bajo la marquesina.

Quentin Tarantino es como un niño con una habitación llena de juguetes de última generación, donde puede jugar y crear historias a su antojo con el único fin de ser feliz. Esa habitación vendría a ser Hollywood, los juguetes el reparto de estrellas, y su creatividad es lo único comparable con la metáfora. Bastardos sin gloria (Inglorious Basterds, 2009) vendría a ser una de esas historias. Como un niño que divaga entre la realidad y la fantasía, Bastardos... es un logro que tendrá diferentes tipos de recepciones por parte del público: por un lado, los que suelen analizar profundamente los filmes, probablemente la rechacen; por otro, los que simplemente reciben lo que el director ofrece, haciendo vista gorda de ciertos matices tenidos en cuenta por los primeros, adorarán este combo de violencia, comedia, venganza, odas a la cinefilia bélica y sátira de la historia, cortesía de la casa.

Con un reparto que dará que hablar, la trama se va desenvolviendo (a mi gusto, muy infantilmente) dividida en capítulos, y como una suerte de cómic bizarro.
El primero, "Once upon a time... in Nazi occupied France", con un aire a spaghetti western, muestra la conversación entre el Coronel Hans Landa (magestuoso, Christoph Waltz), de la Waffen-SS, y un campesino llamado Perrier LaPadite (excelente la aparición de Denis Menochet) sobre los rumores que circulan en una Francia sitiada por los Nazis acerca de unos judíos que se encuentran ocultos en la zona. Esta me pareció la mejor parte de la pelicula.

El segundo capítulo, "Inglorious Basterds", es la presentación del pelotón comandado por el teniente Aldo "El apache" Raine (una interesante actuación de Brad Pitt), cuyo fin es únicamente hacer sentir el horror en carne propia a los Nazis. Junto con los Aliados, comenzarán la cazería hasta trazar un plan que los lleve ante el propio Führer.

El tercer episodio, "German Night in Paris", cuenta la historia de un cabo alemán (Daniel Brül, ni para atrás ni para adelante) perdidamente enamorado de la dueña de un cine francés, Shosanna Dreyfus (aceptable Mélanie Laurent), quien en el primer capítulo del filme -- cuya acción transcurre cuatro años antes -- se había escapado del fusilamiento de los de Landa. Ante las evasivas de esta, el cabo, llamado Frederick Zoller, héroe de la patria por un increíble periplo que será llevado a la pantalla grande a modo de homenaje, convence al ministro de propaganda Nazi, Joseph Goebbels (Sylvester Groth, el más flojo del reparto, aunque el parecido con el original es asombroso), de que la película se estrene en el cine de Shosanna para impresionar a esta, quien más tarde encontrará la situación muy propicia para vengar la masacre contra su familia, ya que al evento asistirán todas las eminencias del Tercer Reich.

En el cuarto capítulo, un anodino Mike Myers interpreta al General británico Ed Fenech, quien planea un atentado contra los Nazis la noche del estreno, en complot con los Bastardos y una doble agente, la actriz Bridget von Hammersmark (exquisita, Diane Kruger).

El quinto capítulo, "Revenge of the Giant Face", es el climax de la película "predicha más veces que la segunda llegada del Señor," (The Irish Times dixit), donde Tarantino logra conjugar todas las historias con mano de cirujano para que el desenlace final cumpla con lo prometido.

¿Lo malo de la película? Lenta en el correr de la trama, muy lenta. Y además de esto, no tendrás tiempo de encariñarte con ninguno de los personajes (exceptuando al teniente Raine, tan querible como el propio director de esta obra), ya que los liquidan en la escena posterior. Las dos horas y media de metraje podrían ser mucho más cortas, sobre todo en ciertos diálogos -- como el de la escena en el bar -- que no aportan nada a lo que después será un gran "bada boom" que tirará por la ventana todo intento de creación guional rica en contenido.

Tarantino falla en ciertos intentos de mensajes icónicos, que aún así salen bien parados porque en estos casos lo que importa es la intención. Eso, sumado a la aberrante modificación de la historia (que no deja de ser una sátira) para beneficiar la trama propia, y ciertos tracks musicales que practicamente se burlan de la cultura de esos tiempos (¿¿Qué hace David Bowie sonando en una escena como la del armado del plan??) -- aunque se rescata la labor general de Ennio Marricone, o el comienzo con "The Green Leaves of Summer" --, hacen de esta película una ensalada que sólo la podrán digerir los amantes del estilo del director de Perros de la calle, Pulp Fiction y Kill Bill.

La recomiendo sólo para que experimenten la sensación de rareza que se siente al final, cuando uno piensa "¿Listo?, ¿ya acabó?..." luego de tanta trama y verborragia despilfarrada en pirotecnia hollywoodense. Sin dudas uno se queda con ganas de más acción de los Bastardos, que solo hacen de las suyas en una escena de no más de diez minutos de duración.
El reparto hace más ameno un relato marcado por la variedad de lenguas, uno de los atributos fuertes de este filme cuyo director es el que seguramente más se divirtió con todo. Y esto último no está mal, ya que al fin y al cabo, ese todo se resume bajo la marquesina del cine Le Gamaar.


Calificación (del 1 al 10): 7
Editado el 08/03/2010

GANADORA DE 3 PREMIOS PALITOH:
- Mejor Actuación Masculina en un rol Secundario (Christoph Waltz)
- Mejor Reparto
- Premio de la Blogósfera Cinéfila

9 comentarios:

  1. Lenta? Que raro, a muchos se les paso rapido. Igual es tipico de Tarantino, muchos dialogos, no es una pelicula de Tarantino si no tiene muchos dialogos, ademas la duracion creo que esta bien, dan ganas de que no termine la pelicula.
    Hitler:Nadie tiene goma de mascar?
    JAJA esa parte es genial.
    Saludos

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  2. Buen Blog me gusta! No vi Bastardos aun ... ya la vamos a ver...

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  3. La verdad que a mí me encantó. Pero bueno, son puntos de vista. Lo que me parece que hacés muy mal es contar tantas cosas del guión. Odio los críticos que hacen eso...

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  4. Para no quedar cabrón: me gusta tu blog. Pero en serio, si yo no hubiera visto el film, sentiría que me contaste muchas cosas.
    Igual seguiré pasando por acá. Si querés hacé lo propio por el mío ojoalparche.blogspot.com.
    Un abrazo.

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  5. Pues nada, amigo Palitoh. Totalmente de acuerdo con tu crítica que, en bastantes puntos, es más precisa que la mía.

    Como ves, decimos cosas muy parecidas, o idénticas, sobre lo ques "Malditos bastardos". Y yo creí que no iba a ser comprendido.

    Te sigo leyendo. Saaludos...

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  6. Comparto el espiritu de tu crítica, bastante buena.
    Consejo, pero como algo personal, no describas la película, pues mucho no la han visto por un lado, y por el otro la descripción si no te gusto o si te gusto sesga al lector.
    Además, que está demostrado que post de más de 500 palabras la gente no los lee, toes es mejor entrarle directo a lo que uno le parecio, en especial si lo principal esta al final.
    Son técnicas, pero no somos periodistas, describir la cinta es opcional, es un consejo.

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  7. Un poco (bastante) tarde llego por acá. Recién ahora me pongo a leer todo acerca de "Bastardos", una vez escrito lo mío. Me sumo al comentario de Damián, en cuanto al hecho a comentar mucho del guión, con capítullos casi detallados incluidos...Aunque me encanta como escribís, y me parece muy justo que destaques que el único magestuoso es Waltz y seas justo con los otros actores. Con lo demás estoy bastante de acuerdo, excepto con la lentitud..Ese argumento no me va, no se apega a Tarantino porque lo que domina es la tensión.

    En fin, pasate en un par de días a leer lo que armé (todavía no lo publico), un poquito más largo y sin nota.

    Saludos Sospechosos!

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  8. La cuestión no es que sea lenta, sino que Bastardos sin Gloria es insulza como mucho del cine de Tarantino, un director sobrevalorado. Estilísticamente lo hace bien, conoce el oficio de guionista y director, pero deja mal sabor cuando uno mira cada trabajo suyo en su conjunto. Bastardos sin Gloria tiene momentos muy buenos y diálogos magistrales, pero es solo eso, momentos perfectos que cuando se unen con lo demás, termina armado como una obra pobre que olvidamos al salir de la sala de cine.

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