Mi documental "A Fanatic By Choice"

miércoles, 15 de febrero de 2012

Cuando el trailer es mejor...

Una vez hice el comentario sobre lo indignante que era para mí sentirme engañado luego de ver una película cuyo trailer me enganchó de tal manera que me hizo verla, incluso cuando en su premisa ya presentaba de antemano un bodrio insalvable o algo simplemente poco atractivo. Hollywood nos acostumbra a ello. Pero pasa en otras partes del mundo también, donde la era Youtube y la vorágine videoclipera apremia esa famosa "puntita" de algo que vendrá.

Lo cierto es que para vender el producto cinematográfico hace falta un buen adelanto. Pero en la mayoría de los casos no basta con un teaser trailer: algunos van más allá, y visualizan los trailers completos, esa suerte de cortos resúmen que te dan una pauta de lo que va la película en cuanto a esquema narrativo, despliegue de diseño de producción, actores y ¡pum! ése plano que te hace decir "wow, la veo..." porque aparece algo o alguien que te invitan a ir hacia ello.

En un interesante intercambio de ideas con colegas cinéfilos saltaron varias inquietudes: desde las mañas del capitalismo, hasta esa "tentación" que resulta saber un poquito más de lo que va a venir, como en películas anticipadas al estilo Malick y su interminable The Tree of Life (2011), la cual nos la vienen vendiendo desde el 2009, o el caso de The Dark Knight Rises (2012), el capítulo que cerrará la trilogía del Batman hiperrealista de Nolan, el cual lo vienen anticipando incluso desde antes de que salga la segunda, The Dark Knight (2008).

En fin, ante esta inquietud, aquí -sin ánimos de pretender abarcar una verdad absoluta, y siempre abierto a más impresiones y propuestas- un ranking de las películas cuyos trailers son mejores que ellas mismas:

Funny People (2009, Jud Apatow)

Apatow y su imperio de las risas forzadas nos dejó el más reciente opus desilusionante de la historia inmediata de la comedia romántica estadounidense. El trailer era un despliegue de actores asombrosos y prometedores que iban desde Adam Sandler en el protagónico, pasando por el genio de Seth Rogen, hasta llegar al histriónico y asombrosamente divertido Eric Bana. ¿Quién podía resistirse? La cinta resultó ser un dramón de dos horas y media sobre las segundas oportunidades y lo difícil que supuestamente es la vida de los comediantes de stand up.

Avatar (2009, James Cameron)

Sí, este caso es famoso. Yo soy de los que la defienden a muerte, para mí es excelente este opus de James Cameron, pero su trailer, damas y caballeros, es mucho mejor. ¿Quién podría privarse de los granangulares demostrativos hechos de forma digital de un mundo completamente distante? ¿Quién no sintió atracción por tantas luces y colores? O mejor, ¿quién se podía resistir a la idea de Sam Worthington paralítico? Avatar es una genialidad de la ciencia ficción, pero su trailer es una genialidad en sí misma.

AntiChrist (2009, Lars Von Trier)

Sigo sin entender a los que amaron esta película. Ok, con el tiempo me va gustando más y más, por su amplia gama de bombardeos simbólicos y figurativos, pero ¿alguien vio el trailer? Nos la vendieron en paquete de terror, con una magistral Charlotte Gainsbourg gritando como endemoniada, un William Dafoe espeluznante como si de una de Hitchcock se tratase, y mucho, mucho, pero mucho sexo explícito. ¿Alguien se podía resistir? Finalmente, el producto era devastadoramente desilusionante respecto a lo que ofrecía esta cinta (lo cual no nos dice que fue mala). Un aplauso para el editor del avance...

Cualquiera de Harry Potter...

La saga del mago no fue, lo que decimos, atinada en su lenguage cinematográfico, ni mucho menos narrativamente inteligente. Incluso hasta podemos decir que muchos de sus grandes actores (Gambon, Rickman, e incluso Maggie Smith) cayeron en torpes malversaciones de su talento artístico. Pero, ¡qué trailers! ¡Qué despliegue! Sin dudas, disfruté mucho más viendo los trailers de las películas, que las películas mismas. Y este caso es especial porque, busques la vuelta que busques, pasa en todos los casos. Sobre todo cuando un tal Yates (toco madera) apareció con su narrativa darkie pop para embrutecer todo un poco más.

Alice in Wonderland (2010, Tim Burton)

Tim Burton es un hombre que tiene mi respeto. Sí, el de todos. Pero, ¿qué pasó con Alice, Tim? No sabemos bien qué fue ese intento de adaptación... pero sí sabemos que el trailer fue de lo más prometedor que el cine ofreció en la década pasada. Finalmente, el discurso de un funcionario político resulta más honesto que lo que nos anticiparon con la última obra de Burton. Un fiasco absoluto.

Las Viudas de los Jueves (2009, Marcelo Piñeyro)

Esta peli argentina quizás no es conocida por todos, pero yo tomé la decisión de no mirar más trailers a partir de ella. Si alguna vez me sentí estafado en mi vida cinéfila fue con esta cinta dirigida por Marcelo Piñeyro. La película no me pareció mala, en lo absoluto, pero el trailer fue cualquier otra cosa a lo que me encontré posteriormente en el cine.
Nos anticipaban un drama oscuro y poderoso, y nos vendieron un thriller cuasi politiquero de tradición segmentaria social. En fin, como decimos en Argentina, un afano.

Lady in the Water (2006, M. Night Shyamalan)

Shyamalan seguramente destina su presupuesto a los que escriben las sinopsis y editan los trailers. Y a los tipos les deben pagar muy bien, porque siempre aciertan. ¿No les pasa que nunca una película de Shyamalan es lo que esperaban? Qué director más incierto... pero sus trailers son buenísimos. Tal es el caso de Lady in the Water, una cinta que tiene un Paul Giamatti exasperantemente idiota en su papel y una Bryce Dallas Howard que, a pesar de que se la perdona porque recién empezaba, está más anodina que publicidad de perfume.
Si hay un trailer que vende humo en el mundo del cine, ése es el de esta película. Nadie le gana... excepto...



Paranormal Activity (2007, Oren Peli)

La campaña publicitaria más grande del mundo para la película más pequeña. ¿Quién se creyó que Spielberg la considera la mejor película de horror de la historia del cine? ¿Quién se creyó que siquiera Spielberg vio la película? ¿Quién no se creyó que la trama realmente era escalofriante al ver a todos esos espectadores aterrados en sus butacas de cine, tapándose los ojos y estrujando los brazos de sus acompañantes ante la incontenible desesperación que los acechaba en la pantalla de tanto horror? Quizás usted y yo no, pero la película resultó ser la más rentable de la historia al costar US$15.000 y recaudar... USD $193,355,800. Y todo se lo deben al editor y al guionista -sí, al guionista señoras y señores, porque eso implica un guionista, aunque no lo crean- en su brillante idea de promoción mentirosa.
Sí, el mejor trailer de la historia. O al menos es mejor que la cinta, que claramente no es la mejor peli de horror de todos los tiempos...



viernes, 3 de febrero de 2012

Bal

Título: Bal
Dirección: Semih Kaplanoglu
Guión: Semih Kaplanoglu y Orçun Köksal
Género: Drama
Duración: 103 minutos
Orígen: Turquía
Año: 2010
Reparto: Bora Altas, Erdal Besikçioglu y Tülin Özen


Niño de pocas palabras

La sutileza de esta historia está basada en sus planos largos (larguísimos, a veces, como el del comienzo y el final) de la vegetación en la selva turca, y un trabajo sonoro formidable en el que los diálogos tienen un colchón de naturaleza de fondo, pero con un silencio aún más notable como base.

Bal (2010) es una película bellísima si se la juzga como un drama de superación, sostenida por la magistral actuación del niño Bora Altas, quien expresa a la perfección sus sentimientos tan sólo con el rostro. Él y su padre viven juntos en ese microcosmos forestal, trabajando en la apicultura.
Los susurros son su única vía segura de comunicación, así como la lectura de un cuento que tiene enfrentar en horas de clase (las mejores escenas de la película). Asimismo, la labor de Erdal Besikçioglu como el padre de Yusuf es trascendente, si se tiene en cuenta el giro de 180 grados que da la trama tras su ausencia. Y eso no sólo se siente porque así lo dictamina el guión, sino porque el personaje es de un peso innegable.

Esta cinta turca que ganó el Oso de oro en la Berlinale del 2010 tiene como condimento extra esa atmósfera bucólica que nos ofrece, además de una historia familiar hermosa, distintos matices culturales de un país como Turquía, que tanto séptimo arte tiene para ofrecer y no siempre recibe la atención que merece.

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