Mi documental "A Fanatic By Choice"

miércoles, 28 de octubre de 2009

Versus: Malditas niñas.

Inauguro nueva sección para dar inicio a La Semana del Terror, con decorado nuevo y todo eso. La he dado en llamar "Versus" porque enfrentaré a dos películas que sean del mismo género y compartan ciertas virtudes y defectos en común.

Hoy: Case 39 vs Orphan.

Estas dos cintas comparten la particularidad de sus protagonistas, niñas que a simple vista son una dulzura y un despojo de la sociedad salvaje en la que vivimos, pero que pasados los minutos de metraje se revelan como unas verdaderas bestias malditas. Además ambos films comparten la poca originalidad, siendo que Case 39 fue promocionado muy ridículamente como poseedora del "suspenso de Orphan y el terror de The Exorcist", mientras que la otra intenta asustar con un par de momentos que debieran ser tenebrosos pero que dejan indiferente al espectador acostumbrado a ese recurso.

Vamos por parte, diría el filósofo Jack.


Case 39

Un film tan poco creíble como duradero. Su ritmo no sólo le impide el paso al suspense, sino que además hace que todo parezca un montón de sucesos sin sentido. La película dirigida por Christian Alvart está hecha a base de una simple y gastadísima fórmula casi matemática en todo proyecto de "terror" berreta:

Sustito prefabricado + Ritmo frenético + Malas actuaciones + Final malísimo = X

X= Case 39 (en este caso).

Renée Zellweger aparece con una actuación muy por debajo de lo que su comprensivo e ingenuo personaje pedía a gritos para combatir al malo malísimo (en este caso, como ya anticipamos antes, una niñita -- Jodelle Ferland, a quien la producción o la gente de casting quiso vendernos como una especie de demonio -- ¡¿WTF?!). La blonda quedó encasilladísima en el bodriazo number one de Bridget Jones, repitiendo esa sonrisa falsa que da a uno pensar que siente dolor al hacerla.

En fin, los personajes secundarios -- entre los que sólamente se rescata a Ian McShane -- pasan sin pena ni gloria, y la historia no cuaja en ningún momento. El final es una suerte de consejo de autosuperación y confianza para vencer a Lucifer totalmente patético. Quizás se lleven algún que otro sobresalto a causa de una embustera edición de sonido que hace que un "toc toc" en la puerta suene más fuerte que la caída de un mueble.

La única escena medianamente rescatable es la de la oficina de los servicios sociales completamente vacía y a oscuras con la silla que minutos (de la película, no de la trama) antes había sido ocupada por Lillith (Ferland) girando a toda velocidad a lo lejos mientras Emily (Zellweger) recorre el lugar impactada por lo paranormal que se ve todo.

Un film de terror olvidable, que nada se compara con el aceptable concierto de clichés que analizaremos a continuación.


Calificación (del 1 al 10): 3


Orphan

El director español que supo dirigir La casa de cera, Jaume Collet-Serra, sorprende con este thriller parchado con intentos de terror en donde las actuaciones sí son convincentes, la trama está bien armada y sobresalen la fotografía y la musicalización.

Sin necesidad de esparcir demasiada sangre (salvo algún que otro martillazo o cuchillazo), Orphan cuenta la historia de una dulce niñita rusa adoptada por un matrimonio abatido por la pérdida de su tercer hijo. Con el correr de los días, esta dulce niñita desentrañará su verdadera forma de ser a base de una siniestra actitud y una vestimenta tan espantosa como sus malicias. Esther esta encarnada por Isabelle Fuhrman, una jovencita de doce años que se come la película de cabo a rabo, disputándose el protagonismo total con Vera Farmiga, que interpreta a la madre adoptiva de la niñita gritona y espeluznante.

La película es tan poco original como esta nueva sección, y recae constantemente en clichés para intentar dar miedo, fracasando estrepitosamente. Porque si hay algo que tienen en común Orphan y Case 39 es que ninguna de las dos da miedo, a pesar de estar dentro del género "Terror". De terror es que nos quieran vender estos thrillers que se copian viejas usanzas para impactar como películas de "horror" (¿?), pero bueno, es lo que hay.

Volviendo al filme de Collet-Serra, hay que remarcar el hecho de que la fotografía y la ambientación son excelentes, dándole un tono ideal a cada hecho. Junto a eso está la acertada selección de la música en medio de los aberrantes actos cometidos por la pequeña Esther. Lo malo podría ser el metraje (123 minutos), pero tampoco hay que pedirle peras al olmo, ¿no?, ya que practicamente ni se sienten.

Esta película se defiende a base de una trama interesante (aunque insistio con que no es nada original), unas actuaciones formidables -- destacando también a la adorable Aryana Engineer --, y una vuelta de tuerca sobre el final como frutillita del postre que sólo de esa manera podía justificar tanto sufrimiento en contra del entorno "solidario" del personaje de Fuhrman. El final propiamente dicho es un desperdicio total, con absoluta carencia de realismo/verosimilitud. De todos modos, la película es bastante plana, ya que no hay una escena que se destaque respecto de las otras, siendo que el incendio en la casita del árbol es tan bueno/malo como la autoflagelación con la morza o la escena del hospital.

En fin, está buena, pero hasta ahí nomás...


Califiación (del 1 al 10): 7


Bueno, creo que esta vez fue bastante clara la victoria de una sobre otra. Esther pasa por encima a Lillith, al igual que Fuhrman lo hace con Ferland. Por cierto, leí por ahí que Fuhrman también audicionó para Case 39... no sé si es cierto, ustedes sabrán.

Ta ta ra ra ta ta taaaa!

domingo, 25 de octubre de 2009

Especial "Sangre del Pacífico", ópera prima de Boy Olmi.

El 12 de Noviembre llega a las salas argentinas Sangre del Pacífico, una película escrita y dirigida por el reconocido actor Boy Olmi, quien cuenta con una carrera intachable en alrededor de 28 películas, con títulos recientes como Un Buda o Papá por un día, aunque sus más notables actuaciones hayan sido en televisión, con la inigualable serie de Los Simuladores o la versión argentina de La Niñera.

Veamos un poco de qué va este film:


Sangre del Pacífico

Sinopsis:
Una película sobre lo que una mujer puede hacer en la vida de un hombre.

Jorge es un viejo artista, actor y director, que dice que quiere filmar, antes de morir, una película sobre las guerras de Independencia Latinoamericana.
Charito (Emilia Paino) es una joven que viene de la selva peruana a trabajar como mucama a Buenos Aires.
El encuentro desencadena en Jorge una misteriosa pasión por esa mujer.
Sara (Ana Calentano), la hija de Jorge, lo ayuda a enfrentar sus fantasmas, mientras un granadero romántico (Ezequiel Díaz) lo entrena en el arte de la espada.
El inconsciente de los protagonistas irrumpe en forma de sueños, visiones y fantasías en medio de caballos, sesiones de esgrima, fragmentos de películas perdidas y videos antropológicos.

Trailer:



Mi breve entrevista con Olmi:

- ¿Cómo surgió la idea de ser director de cine, y encima mandarse a escribir su propio guión?

- Prolongando mis juegos de niño a la experiencia profesional, con 30 años trabajando "de adulto".

- ¿Qué podría rescatar de su trayectoria que haya influído en Sangre del Pacífico?

- Todo... la vida siempre es una experiencia enorme. Estar atento es lo importante.

- En lo que se ve del trailer, la película pareciera ser un canto al surrealismo, ¿Puede ser? ¿Se inspiró en algo en particular para escribir la obra de esta manera?

- Amo el surrealismo. Intento ser personal. Pero sé que en mí habitan "Providence" de Resnais, "Ese obscuro objeto del Deseo" de Buñuel o "Magical Mystery Tour" de los Beatles.

- ¿Se siente identificado con algunos de los personajes que se construyen en esta interesante trama?

- Todos tienen algo de mí. Pero yo estoy afuera de la historia.

- ¿Cuáles son sus influencias como director?

- Todo lo que veo me afecta. Y veo mucho, y muy abierto (sic).

- ¿Qué piensa de Emilia Paino en su rol protagónico?

- Paino la descoce. Va a ser una revelación.

- ¿Cómo eligió al elenco? ¿Ayudó a Norma Angeleri (directora de casting), o no intervino?

- Angeleri fue fundamental.

- Siendo sincero, ¿No le tentó formar parte del elenco? Es decir, en el momento en que escribía la obra, ¿No se imaginaba a usted haciendo el papel de Galbiati o, por qué no, Ezequiel Díaz? ¿Hay algún cameo o algo?

- No, de ninguna manera. Siempre quise estar afuera mirando esta vez y moviendo todos los hilos.

- ¿Cómo clasificaría a la película? Dentro de qué genero...

- Clásica y lisérgica.

- Por lo que se puede ver en el trailer, el papel de Ana Calentano, como Sara, es de gran importancia en la historia. Considerando que esto vendría a ser cine de autor (corríjame si me equivoco) y es todo suyo, ¿No se imaginó a su señora, Carola Reyna, como Sara al escribir el guión?

- Escribí ese personaje para Carola, y ella en un gesto de inteligencia y generosidad prefirió no hacerlo. Así conocí a la extraordinaria Ana Calentano.

- En la sinopsis dice que esta es una película "sobre lo que una mujer puede hacer en la vida de un hombre". ¿Para plasmar esa idea se inspiró en los sentimientos que afloraron en la gran relación de 15 años que tiene con la señora Reyna?

- Todas las mujeres que he querido están en mí. Carola es mi presente, ¡Y de gran intensidad!

- Por último, ¿Piensa comenzar una larga carrera como director de cine, o retomará su participación actoral en cine y televisión? Tengo entendido que hay documental en puerta, ¿Tendremos a Boy Olmi detrás de las cámaras para rato?

- Adelante y detrás, estaré siempre donde mejor me sienta.


lunes, 19 de octubre de 2009

The Time Traveler's Wife.


Las idas y vueltas del tiempo, el amor y la muerte.

Para los que detestan los puntos de vista plenamente subjetivos, les digo "Alerta roja", antes de que lean esta breve reseña crítica sobre la mal traducida Te amaré por siempre (The time traveler's wife, 2009). Siempre digo que una película es lo que es gracias al contexto en que se la mira, y eso no es nada novedoso, aunque sí cabe resaltar el hecho de que, también obviamente, no es lo mismo ver una película en familia que con amigos/as o con tu chica/o. Eso pasa precisamente con este film dirigido por Robert Schwentke, basado en el best-seller homónimo.
No se puede hablar de él como "una historia", puesto que el guión no es "original", por lo que de ahora en más lo llamaremos sólo "la película" (y sus sinónimos, claro está).

Repito -- ya que ahora empieza la crítica: es una opinión expresamente personal.

La relación de Henry DeTamble (Eric Bana, correcto en su papel, y hasta ahí nomás) con su amada, Clare Abshire (Rachel McAdams, sincera pero carente de un toque final que convenza), es demasiado mágica y demasiado conflictiva al mismo tiempo como para no conmover. Este es un film que trata claramente los temores de una relación amorosa dentro de ese contexto fantástico que atraviesa el protagonista, un "viajero del tiempo" cuyo presente es su mismísimo pasado y futuro, nada más allá de eso. Las emociones fuertes, junto con los vicios de la vida (alcohol, televisión, etc, según las insinuaciones durante la trama) son las que hacen que el personaje interpretado por Bana pasee incesantemente por los recovecos más memorables de su existencia, sean estos buenos o malos.

En medio de escenas muy emotivas, en las que se destaca ese hermoso encuentro en el subte y las distintas citas en el famoso prado, la película va desglozando un sinfín de verdades amorosas como la tolerancia, el entendimiento mutuo, la exasperación, el temor a la separación e incluso el drama de las complicaciones de un embarazo, sin caer en el melodrama o el romanticismo barato y empalagoso.

Difícil estará entender estas cosas para alguien que no esté o haya estado enamorado profundamente, ya que esta película incluso mete golpes bajos con temas muy recorridos pero no por eso poco originales como la vida después de la muerte y su función en el amor, las idas y venidas del carácter del otro y cómo esto influye en la relación, etc.

Si bien la química entre Bana y McAdams por momentos se esfuma al igual que lo hace el cuerpo de DeTamble gracias a los recurrentes efectos especiales, en un plano general la parejita convence. Después de todo, ¿Alguien se va a creer esto del quilombo genético y toda esa perorata que no sirve de nada? Acá la cuestión es que hay una mujer cuyo sueño es vivir una vida normal, pero tiene un marido que se ausenta en un momento y al otro vuelve con diez años más, o diez años menos (en el mejor de los casos, sino véase la escena -- hasta cómica -- del casamiento).

La musicalización es, lejos, lo más errado del film, ya que no logra acompañar la compleja trama que Bruce Joel Rubin (¿alguien dijo Ghost?) complicó con su guión, principalmente en unos primeros 20 minutos que insinúan que la cosa pinta para bodrio. Desde el momento en que la pareja se casa, empieza lo bueno de la película, rescatando ciertas escenas ya mencionadas anteriormente. Una verdadera lástima que las actuaciones no estén a la altura de las circunstancias y que la trama comience a tener traspiés en ciertos momentos completamente anacrónicos.

Aún así, estamos ante una obra que no falla en el metraje, aunque tambalea en ciertos puntos que no dejamos escapar hasta ahora, y que logrará llegar al espectador que abra su corazón a una historia totalmente imaginativa y conmovedora. Este servidor confiesa, y sin avergonzarse, que hubieron lágrimas que se quisieron escapar de sus ojos en ciertos momentos en que su amada acompañante lo agarraba fuerte de la mano cerca del final de la película. Y es impactante ver a un Bana, que nos tiene acostumbrados a una nula expresión de emociones, que se quiebra en cierta escena.

En fin, es recomendable sólo para los románticos que saben respetar al tiempo y sus porvenires. De visión casi obligatoria para ellos; y para el resto, no les vendría mal una dosis de esa sensación. Es de esas películas que no hay que ver, sino sentir. En el género, de lo más bello que he visto en un buen tiempo, y no necesito ser Henry DeTamble para corroborarlo.


Calificación (del 1 al 10): 8

domingo, 18 de octubre de 2009

Public Enemies.


Entre héroes y antihéroes.

En los 30' vivió un delincuente que jugó un rol muy importante en la cultura popular de la Chicago arrasada por la Gran Depresión: John Dillinger, un hombre que se caracterizaba por robar bancos acompañado de sus secuaces maleantes, que a su vez eran reconocidos ladrones en otras ciudades y pueblos. Sin duda su mejor compañero de andanzas fue "Pretty Boy" Floyd, un estratéga que fue liquidado por el jefe de la oficina de criminalística de aquellos tiempos, el intrépido Melvin Purvis. Estos personajes andaban por las calles de la ciudad de los vientos haciendo estragos y creando una y otra vez impresionantes encuentros con la policía y el FBI, entre tiroteos espectaculares, persecuciones inigualables y una noción del bandalismo que nunca más se volvió a vivir.

Todo eso fue trasladado a la pantalla grande de la mano de Michael Mann, un hombre que es oriundo de la ciudad que vio morir al reconocido bandido diez años antes de que él naciera.

Con una ambientación excelente (aunque dudo que hayan habido asensores tan avanzados en esa época), el director de Miami Vice consigue entregar una historia atrapante, intensa -- aunque se cae un poco sobre el final -- y conmovedora. Y esto último se debe a que Dillinger, interpretado de una manera formidable por parte de Johnny Depp, era querido por muchos, por robarle a esos que la gente tanto odiaba (recordemos la crisis económica y el problema con los ahorristas en esos días), lo que se resume muy bien en una de las tantas frases geniales que salen de la boca de Depp durante uno de los otros tantos asaltos magníficos, cuando un hombre asustado le intenta entregar todo el contenido de su billetera: "No queremos su dinero, sólo el del banco".

En esa dicotomía entre héroe y bandido se debate el esquema psicológico del romántico protagonista, que se encontró con la belleza de Billie Frechette (Marion Cotillard, apabullante) y el deseo de vivir el presente sin dejar de lado ese futuro en el cual pueda gozar de sus recompensas en unas buenas vacaciones en Brasil.

El realismo de los personajes, ayudados por la grabación en video digital que le da un aire a documental aguerrido, es asombroso, resaltando la labor de Christian Bale como Purvis, junto con las ya mencionadas de Depp y Cotillard. El protagonismo de Bale se ve opacado por la crudeza de la historia del maleante, aunque en sí la película trata la acción desde un confuso punto de vista policial, centrándose en la planificación de las capturas y las incesantes redadas a los compañeros de andanzas de Dillinger.

La forma en que se entrecruzan las historias de ambos personajes (tanto policía como ladrón) y los constantes primeros planos que irritan bastante podrían ser lo único negativo de la película. Se podría agregar, aunque esto ya es a criterio personal, el hecho de que al final la trama se viene un poco abajo, como ya dijimos anteriormente.

No obstante, estamos ante una excelente película de acción, que recrea a la perfección aquellos tiempos de adrenalina y balazos salvajes. Impagables las fugas de Dillinger y los suyos, junto con la escena de la redada en la cabaña del bosque con persecución a posteriori.

Una historia netamente policial, pero que no cae en el típico "atrápame si puedes" o el tiroteo a mansalva completamente insulso a los que nos tienen habituados últimamente en este género. Estamos ante una gran obra, un gran criminal, un gran policía, y grandes actores. ¿Qué más se puede pedir?


Calificación (del 1 al 10): 8,50

jueves, 15 de octubre de 2009

Drag me to Hell


Intentando reinventar los buenos tiempos...

En su carrera como vanguardista del cine de terror, Sam Raimi se caracterizó por una agudeza especialmente hecha para los más refinados quejidos de miedo por parte de la espectación. Su filmografía lo avala, aunque la trilogía de Spiderman haya achatado un poco ese concepto. Aún así, no se puede negar que es un grande en lo que hace, salvando el hecho de que esta nueva entrega, el tan anticipado retorno al género que se ha dado en llamar Arrástrame al Infierno (Drag me to Hell, 2009), es una fantochada por donde se la mire.

Los que buscamos el buen terror nos hemos visto un tanto desilucionados con esta película, que a pesar de todo es muy fiel a ese estilo cómico-gore (si se me permite esa fusión) tan distintivo en la obra del director de The Evil Dead. El porcentaje de asco que produce la cantidad de fluídos que ingiere la protagonista Alison Lohman, que interpreta a la desventurada Christine Brown -- una oficial de préstamos que tiene la mala suerte de rechazarle una prórroga a una vieja payesera en medio de la competencia por el puesto de gerente con otro compañero --, es difícil de medir, así como la cantidad de escenas en las que uno se debate entre la risa y el miedo.

No estamos ante un fiasco, pero tampoco estamos ante esa tan publicitada reinvención de los buenos tiempos que Raimi nos vendió hace unos años atrás, cuando profetizó su regreso a las andadas en plena filmación de la desilusionante contienda entre el hombre araña y Venon.

Tiene escenas de miedo, para qué negarlo, pero también tiene momentos de total desperdicio, como la cena con los suegros o la mencionada puja por el ascenso, que no va hacia ninguna parte. Junto a eso está el irritante hecho de que se considere a los extranjeros como amos y señores de la sabiduría budú, payé y el espiritismo (la escena de la sesión está más o menos... se quedó corta), ya que los recitales de castellano e idiomas imposibles de entender son tomados como algo paralelo entre tanto palabrerío para invocar/echar al demonio.

Bizarra, no muy pretenciosa, con mucho simplismo clásico aplicado a la masa consumidora actual, la trama está bastante bien pensada (la bonita muchacha tiene una vida hermosa, pero en tres días se irá al Infierno, según lo que anticipan en la sinopsis), y las actuaciones son poco convincentes, con un patético Justin Long como claro ejemplo, ya que en ningún momento se halla con su papel. La ambientación tambalea en varios tramos, pero vale reconocer que ciertos detalles como el de la mosca posada en la cámara son excelentes. Y no crean que se va a pasar por alto a la cabra parlanchina, no señor.

La cuenta regresiva mantiene correctamente en vilo durante toda la película. De hecho, eso es lo único que importa: saber si la rubia se va o no al Infierno. Y debo decir que el desenlace es muy bueno. Conforma, agrada y sorprende (bah, depende). Vale la pena verlo sólo por eso.

Como obra de terror flaquea, pero como producto de la filmografía de Raimi es aceptable. Es para pasar el rato con tensión, y quizás hasta reírse un poco. No más de eso. Al parecer nos deben una joya por estos lares...


Calificación (1 al 10): 6

lunes, 12 de octubre de 2009

Críticas de blockbuster: There will be blood.

Después de un fin de semana más que ajetreado, no hubo lugar para ver películas. Sin embargo le di un espacio en el tiempo al blockbuster recomendado por ustedes en la encuesta semanal. He aquí mi devolución luego de verla:

There will be blood (2007):

Llegó a la Argentina con un título bastante sugestivo, pero errado (Petróleo Sangriento), ya que sería más adecuada la traducción que se le dio en España, Pozos de Ambición. Aún así, el título original, que vendría a ser algo así como Habrá sangre, tampoco dice demasiado, por lo que habría que hacer lo propio en cuanto a comentar la trama.

Sólo se puede decir (de verdad, véanla los que no lo hicieron aún) que es un claro reflejo de cómo en el Siglo XX estalló el denominado "capitalismo salvaje" con los negocios del petróleo y otros hidrocarburos. El protagonista, Daniel Plainview (magistral, épico, soberbio, Daniel Day-Lewis) traza la línea de la evolución y la involución humana que rodea el crecimiento de la economía local gracias a la explotación de ese mineral tan negro como las vidas de los que lo manipulan. De ser un simple minero pasa a ser un autodenominado magnáte del petróleo (resalta varias veces esto en medio de sus espectaculares discursos al campesinado que busca comprar), y con él su "hijo y socio", H.W. Plainview, a quién enseña las artimañas del oficio y con quien tendrá que pasar por los diversos estadíos que implican el ascenso al poder.

En medio de uno de los pueblos que intenta explotar, Little Boston, Daniel Plainview se topa con un individuo que busca el mismo fin que él, pero por otros medios: Eli Sunday (un descomunal Paul Dano, casi al nivel de Day-Lewis). Éste no es otra cosa que un predicador o profeta, que intenta acaparar la atención y la aceptación de la población mediante su Iglesia de la Tercera Revelación para tener esa suerte de poder ligado a lo teológico. Aquí se desata una batalla de capitalismo versus mesianismo impagable, llena de idas y vueltas por parte de ambos, donde las miserias quedan expuestas a medida que el pertróleo brota desde la tierra e inunda la esencia de los humanos, que desde la tesis del director Paul Thomas Anderson, son aváros, corruptibles y violentos.

La fotografía, ganadora de premios importantísimos como el Óscar o el Globo de Oro, es imponente, junto con la ambientación y los vestuarios. Lamentablemente la musicalización es desacertada, pero aún así se destaca el clima que genera en ciertas escenas. Las actuaciones son todas geniales, con Day-Lewis y Dano cabeza a cabeza para demostrar quién es mejor, aunque el primero se llevó todos los galardones. Todo está demasiado bien hecho y con unos detalles asombrosos que van desde gestos hasta la más sutíl de las escenas como el abandono en el tren o la quema del bolso.
Todo se va narrando desde una estética correcta, y sin recaer en los típicos resaltes de guión para que el film atraiga, dentro de un contexto bien cotidiano, como el simple almuerzo del patrón y su peón.

La película desprende unas frases asombrosas, como "Habrá oleoducto" en medio del bautismo (una de las mejores escenas), o "Esta es una empresa familiar". El final es sensacional, con la clara representación del nivel hasta el que se rebajan moralmente ambos sectores de la lucha.
Quizás lo único malo, que dificultaría la recomendación a un espectador medio, es la duración, con 158 minutos que se van haciendo un poquito pesados, cuando vemos que las elipsis aparecen pidiendo permiso entre tantas manos manchadas, malesa y sonrisa macabra.

A pesar de esto, el film va camino al clásico, y es ideal para entender aquellos tiempos, sobre todo para aquellos que estén estudiando los procesos sociohistóricos contemporáneos. Una obra sencillamente excelente, con una duración un poco pesadita, pero que se salva por brindarnos tanta calidad de la mano del que supo dirigir Boogie Nights.
Aún así, y perdonden la opinión tan subjetiva, me pareció bien que no gane el Óscar a la Mejor Película, ya que me atrapó más No country for old men. Pero cada cual con su opinión. Esta se deja ver perfectamente. Es imperdible.


Calificación (del 1 al 10): 8,50

jueves, 8 de octubre de 2009

Cloudy with a chance of meatballs.


¡Aprendé, Emmerich!

Cuando existe un proyecto cinematográfico que implique una amplia gama de edificios históricos o regiones naturales que sean patrimonio universal destruyéndose, como la que acostumbra entregar el director alemán Roland Emmerich, debemos ser concientes que sólo lograremos concebir la obra por su grado de realismo. Y precisamente ese grado de realismo es del que carece completamente Cloudy with a chance of meatballs (Lluvia de Hamburguesas en Argentina), ya que nos encontramos ante un largometraje animado, de la factoría Sony Pictures Animation.

Estamos lejos de ver a la Estatua de la Libertad cubierta de nieve hasta el cuello, el puente de San Francisco desmoronándose por un hiper-tsunami, la torre Eiffel derribada por un meteorito, o las letras de Hollywood siendo arrasadas por un huracán. Ahora es una pequeña isla tapada por la "A" de Atlantida la que se ve sucumbida por gigantezcas albondigas, tornados de spaghetti, ventizcas de helado de crema o restos de ensalada rusa. Todo esto causado por la F.L.D.S.M.D.F.R. de Flint Lockwood (con la voz original de Bill Hader), un científico empedernido cuyo sueño es aportar algo útil a su monótono e insulso habitad.

Con unos inventos verdaderamente hilarantes, que van desde zapatos de aerosol hasta un mono traductor de ideas, este científico resumirá los estereotipos de todos los grandes locos de la historia de las películas de ciencia, acompañado de su leal y fracasada periodista (demasiada obvia la parodia a Godzilla) Samantha Sparks (con la voz original de Anna Faris), para dar a luz uno de los inventos más bellos y divertidos (así como necesitados) de la historia de la ciencia: una máquina que hace llover comida.

Obviamente, las cosas no salen como se espera, y bueno, lo de siempre, todo sale mal y los protagonistas tendrán que salvar el mundo. Pero esta trama, por muy obvia que suene, es una sátira espectacular de los grandes bodrios apocalípticos como Twister, Independence Day, o The day after tomorrow; incluso se podría agregar a la lista el nuevo intento de Emmerich para destruir el mundo: 2012.

Con unas alusiones francamente magistrales, con un sentido de la burla único (el mejor ejemplo es el hombre bajito que sabe hacer de todo, desde diagnosticar una enfermedad hasta pilotear un helicóptero), un trasfondo de delirio desmedido, y un sentido del humor muy fino y con buen ritmo, este film co-dirigido por Phil Lord y ChrisMiller, basado en la obra infantil homónima escrita por Judi y Ron Barrett, es de lo mejor en cuanto a comedia y animación en lo que va del año. Esto último está claramente demostrado luego de dos semanas y media en el podio de los Box Ofiice estadounidenses, y ya tres y media entre las tres más vistas.

Las voces de James Caan, Bruce Cambell, el comediante Andy Samberg, Lauren Graham y Mr. T completan el reparto de lujo para esta película imperdible, tanto para reír como para acordarse de los títulos mencionados (y podemos seguir citando... Armageddon, Marcianos al Ataque, etc, etc, etc...).

Sin duda de lo más interesante del género en lo que va de este año, siendo ideal para los que detestamos las películas apocalípticas. ¡Comete esa Emmerich!


Calificación (del 1 al 10): 8,50

miércoles, 7 de octubre de 2009

Bolivia para todos.


La autonomía como identidad.

Cuando Evo Morales asumió la Presidencia de Bolivia, convirtiéndose así en el primer indígena en la historia en llegar al poder boliviano, una serie de cambios radicales comenzaron a dar cuenta a los habitantes de que la cosa venía en serio, y que todo lo que se había prometido en la complicada campaña política, por muy utópico que podía haber sonado, se cumpliría. Esto también notó el sector que venía gobernando por siglos, el sector de la derecha oligarca que tanto explotaba a los pueblos autóctonos junto con sus recursos naturales, por lo que comenzó una fuerte puja por el poder y la hagemonía.

Este tema se trata en profundidad y con una excelente claridad en el documental de Emilio Cartoy Díaz, que contó con la dirección de Cristian Jure. El largometraje ahonda en la cuestión de la identidad que hubo en juego desde que, en el 2005, el gobierno -- ahora central -- de Morales asumiera la responsabilidad de poner a sus ancestros en el lugar que merecen, como dueños de las tierras y con derecho a explotarlas al igual que los extranjeros que se apoderaron de los mismos.

Santa Cruz no tardó en hacer sonar su voz, levantando las banderas de "Autonomía" como lema y respresentámen de las masas que los apoyaban. Hasta que el referéndum revocatorio, aprobado por el Mercosur, le dio el consenso al gobierno de Evo para tomar ciertas determinaciones que sugerían que el pueblo sí estaba de acuerdo con las nuevas medidas. Desde allí, el choque de los bloques completamente antagónicos se hizo más palpable, con la violencia -- para variar -- como consecuencia inmediata, surgida de todo el despotismo y la discriminación que tanto caracterizó al sector beneficiado, los autodenominados "blancos", con los cruceños al frente de toda la locura. Por su parte, la región andina indígena proponía una autonomía como medio para ejercer una visión plurinacional.

Con una precisión de cirujano, una gran calidad de investigación, y las voces de los más capacitados expertos durante entrevistas sin desperdicio, se transcurre por los 95 minutos de metraje. Cabe resaltar las constantes divisiones de pantalla, que revelan las marcadísimas diferencias entre los dos mundos, haciendo una clara alusión al método utilizado por los manipulados medios de comunicación que tanto desprestigiaron al Presidente, y lo siguen haciendo.

Un film revelador, tratado con seriedad y compromiso, que despierta un fuerte debate: ¿La estatización es la forma de combatir el capitalismo opresor de ciertos países? Eso es trasladable a nuestro país en ciertos rasgos, pero Bolivia es un país muy distinto, con toda una historia que avala los hechos actuales, con el surgimiento del ex-cocacoleros como líder político en los días que corren, y la discriminación como detonante de una lucha que hasta se ve marcada en la topología de la región.

Click aquí para entrar a la página oficial y ver el documental.

Imperdible para entender la situación del hermano boliviano.

Calificación (del 1 al 10): 7

lunes, 5 de octubre de 2009

Críticas de blockbuster (05/10/09).

Como todos los comienzos de semana, analizaremos dos títulos que hoy en día reposan en los relucientes estantes de los videoclubes. Hoy toca una comedia desopilante conformada por un elenco único e irrepetible, y un thriller para no dormir.

Vamo' a los bifes:

Tropic Thunder (2008):

Llega a la Argentina como Una guerra de película. Título muy sugestivo, ya que el filme trata sobre un grupo de cineastas, conformado por todo el equipo técnico y los actores, que intentan recrear la odisea de John "Four Leaf" Tayback, un sobreviviente de Vietnam que fue rescatado por cuatro nobles soldados durante la célebre guerra defendiendo la bandera de Estados Unidos. El problema empieza cuando las locaciones se convierten en verdaderos campos de batalla, estando situadas en plena ruta del tráfico de la heroína llevado a cabo por el comando Flaming Dragon.

La película cuenta con un elenco memorable, conformado por Ben Stiller, que también es el guionista y el director, Jack Black -- en una de sus mejores interpretaciones --, Robert Downey Jr. (con un papel antológico, en el cual recrea a un actor haciendo de otro actor, cuya característica principal es ser negro, que le valió una nominación para el Oscar a Mejor Actor de Reparto este año), Jay Baruchel, Brandon T. Jackson, Steve Coogan, y las participaciones especiales (exquisitas, por cierto) de Matthew McGonaughey, Bill Hader, Nick Nolte y un irreconocible Tom Cruise.

Una verdadera y bien concebida parodia de la estupidez del cine de acción producido en los tiempos que corren, cuyo afán de reivindicar a Rambo recae en el trillado y aburrido concepto de héroe patriótico, ciertamente falso (vean el giro cómico de la trama, en cuanto a uno de sus componentes principales). No falta ni hemoglobina, ni sadismo desmedido, ni balas por doquier que no enmarquen el contexto en el que se basa la historia, enriquecida por unos fabulosos trailers falsos en el comienzo para dar cuenta del nivel de popularidad de los actores protagonistas, todos falsos también.

Un gran cachetazo a Hollywood, desde el propio Hollywood, y con el guante de un tipo que sabe hacer comedia de la buena, sin importar el rol que juegue para realizarla, o si debe ponerse en todos los roles. Y justamente es sobre ese rol que se erige este monumento de la comedia, que no sólo deja una sensación de satisfacción estomacal por la risa desmedida y bien lograda, sino que uno logra encariñarse con el plano desde donde viven sus crisis estos maestros del arte, tanto en los ficticio como en lo real, encubierto por lo ficticio de la propia realización de la película.

A Stiller le sale redondita, llevándose consigo la impronta de los pesos pesados de la actuación. Y no nos referimos a Tugg Speedman, Jeff Portnoy, Kirk Lazarus o Alpa Chino.


Calificación (del 1 al 10): 10


La habitación del niño (2007):

El problema con este tipo de películas es que de entrada no tienen la aceptación que se merece. Pasó con [REC], que demostró sin miramientos que España hace un más que aceptable cine de terror y que de a poco va tomando forma al lado de los bochornos que están saliendo, con títulos como Jennifer's Body a la cabeza; pasó con El orfanato (2007), de las mejores películas del género en cuanto a material español -- y si nos descuidamos, de lo mejor en cuanto al género respecto a lo producido ese año --; y ahora pasa con La habitación del niño, que conforma el ciclo "Películas para no dormir", que supongo que le rinde homenaje al célebre formato televisivo de los 60', "Historias para no dormir".

Dirigido por Álex de la Iglesia dentro de una estética bastante recelosa en cuanto montaje, el filme trata sobre la pesadilla que vive Juan, un periodista deportivo y padre primerizo, que comienza a sentirse trastornado por la "presencia" nocturna de un extraño individuo en el cuarto de su bebé.
Con un comienzo glorioso, que contextualiza a la perfección y permite vivenciar los acontecimientos desde el punto de vista de la pareja dispareja, la historia va tomando forma a medida que el protagonista empieza a ahondar con profundidad en el orígen de ese sujeto que se sienta junto a la cuna del niño por las noches, apareciendo en el monitor por el cual sus padres lo controlan.

Lamentablemente todo recae en una cuestión mística, algo bastante burdo (por ejemplo, nunca se termina de cerrar el papel de la vieja más allá de su experiencia de la infancia), pero muy bien logrado, que encierra un largometraje justo y necesario en sus dosis de horror y suspenso para salvar lo mencionado respecto a su estética. Las actuaciones son muy buenas, y el escenario doble es muy original.

Si son medio paranoicos, o padres primerizos, no la vean. Ahora, si quieren sentir terror del bueno, ese que tanto nos está costando encontrar ultimamente, deben ver esta cinta española.


Calificación (del 1 al 10): 7,50

sábado, 3 de octubre de 2009

Informe especial: "Desde el corazón del solitario Cine Sunstar posadeño".


En pleno Shopping del Paseo Peatonal, el Cine Sunstar ve pasar a diario a sus fieles espectadores, esos que todos los jueves se acercan para preguntar sobre las novedades en la cartelera, o los que se suscriben desde la web para recibir las actualizaciones. Solo, sin hermanos con quien competir en la ciudad de Posadas, capital de Misiones, el cine se debate entre dos perfiles: el único medio que permite a la gente la posibilidad de disfrutar del séptimo arte, o el monopolio que maneja todo con total displicencia y comodidad ante la ausencia de un competidor en, por lo menos, trecientos kilómetros. Su impacto en la sociedad posadeña es muy bajo, a comparación de otras ciudades del país, teniendo que lidiar con grandes mercados que distribuyen con total impunidad DVD’s copiados, o discos con versiones piratas de las películas. Entonces, ¿Cómo un lugar con esa dicotomía en cuanto al funcionamiento puede hacerse un espacio en la escena cultural de una provincia con uno de los índices de analfabetismo más altos del país, y a la vez intentar asegurar su impronta como Cine propiamente dicho?
Los integrantes de la pequeña gran familia, esos que trabajan día a día para que todo funcione como debe ser, dan su perspectiva del asunto, tanto desde el plano laboral como desde la mirada de un ciudadano más, que debe decirle al resto del país – y el mundo – que su ciudad solamente cuenta con cuatro salas de proyección, cuando hubo una época en que cuatro era la cantidad de cines.
Ellos son Malena, de la boletería (y encargada suplente de la sede de Sunstar en Posadas), Gabriel, del candybar, y Horacio, empleado del lugar. Los tres accedieron amablemente a ser entrevistados durante su horario de trabajo, el cual arranca a las 14:00 hs y finaliza a las 02:00 hs. He aquí lo que hablamos:

- ¿Sunstar es de llenar salas?
Malena: Si, se llenan cuando se estrenan las películas, los jueves, y si hay retrasos, los viernes. Los sábados a la noche se llena a veces. Igual depende mucho de las películas que haya en cartelera. Los domingos también se llena, pero no siempre. Con El secreto de sus ojos venimos llenando hace varias semanas.

- ¿Qué promedio de edad es el que predomina en la gente que viene?

Malena: Se ve mucha gente grande. Se ven chicos cuando hay películas infantiles, obviamente, aunque estos nunca pasan de los 13 años, y vienen acompañados de los padres, que muchas veces terminan siendo los que más disfrutan de las películas.
Gabriel: Si, pero los sábados se llena de chicos. La gente grande que se ve son siempre los mismos.
Malena: Claro, yo veo caras que ya son conocidas. Hay una señora que viene todos los jueves a ver los estrenos, ella sola. Y durante la semana se la ve bastante también.
Gabriel: Pasa que está la generación que vivió en la época en que habían tres o hasta cuatro cines en la ciudad. Ellos conservaron ese hábito de salida, ya que antes el cine era mucho más importante, en cuanto a lugar. Por lo menos en nuestro país.

- Según ese promedio de edad que hablamos, ¿Se prioriza algún género en particular para poner en cartelera?
Malena: No se prioriza ningún género. Se varía bastante para que haya una opción amplia.

- ¿A qué tipo de películas apunta Sunstar para poner en cartelera?
Malena: Mirá, la verdad es que desde acá no se eligen. Todo esto es privado, los dueños están en Buenos Aires. Ellos eligen lo que se pone en cartelera. Yo tengo entendido que se apunta a filmes comerciales, porque acá, al ser los únicos, hay poca concurrencia, entonces se tiene en cuenta eso para elegirlos. En nuestro caso, una infantil se va a estrenar en simultáneo con todo el país, pero una de acción, o comedia, va a tardar un poco más. Se aseguran que la película vaya a tener concurrencia, y en ese sentido es más seguro que los niños vengan a ver, por ejemplo, La Era del Hielo 3 a que los adultos vengan a ver Bastardos sin gloria.

- ¿A qué se debe el retraso de los estrenos?

Malena: Las distribuidoras hacen las copias para las provincias con más competencias. Sunstar es una cadena, que tiene sedes en Córdoba, Rosario, Tucumán, Santiago del Estero, siendo ésta, la de Posadas, la más importante, por haber sido la primera. Córdoba tiene mucha competencia, por la variedad de cines, y Rosario tiene la sede más grande, con hasta nueve salas. Al ser el único cine de acá, las distribuidoras tardan en mandarnos las copias porque saben que en cualquier momento en que nos las manden la gente las va a venir a ver, sin importar cuando. Es por eso que acá no se estrenan en tiempo y forma ciertos títulos. Igual, como ya te dije antes, muchas veces pasa que las distribuidoras mandan primero acá las películas. Por ejemplo, La Era del Hielo 3 se estrenó primero en Posadas, y después en el resto de las ciudades del país.

- ¿Hay alguna solución para esto?
Malena: No hay una solución a la vista. Quizás si la situación fuera otra, le darían más importancia al cine posadeño, que a pesar de todo es el más importante – en cuanto a ganancias – de la cadena. En ese sentido convendría tener un poco de competencia, para que haya más tráfico de películas, y así, de espectadores.

- ¿Qué opinión les merece que la Capital de la Provincia tenga un solo cine?

Gabriel: A nosotros nos conviene, para no tener competencia, pero para que la ciudad crezca – y más siendo la Capital – estaría bueno que haya, aunque sea, un cine más.

Horacio: No me parece ni bien ni mal. Depende de por donde se lo mire. A nosotros nos conviene, porque es sabido que, donde hay competencia, ruedan cabezas, por lo que otro cine nos complicaría en lo laboral: baja de sueldos para abaratar las entradas por si el otro baja los precios también, etc. Ahora, si se lo mira por el lado que dice Gabriel, está mal. Pero yo quiero mantener mi trabajo, y trabajar bien.

Malena: Está muy mal. Deberían haber más, para que la gente tenga más opciones. Encima este es un cine privado, como decía antes, y al ser los únicos de la ciudad son un monopolio, y hacen lo que quieren con los precios, aunque por suerte no es tan caro ($10 entre semana, $15 de jueves a domingos). Esto también hace que la gente elija el DVD o las copias piratas.

- ¿Piensan que desde su lugar (el único cine de la ciudad) se puede combatir de alguna manera la piratería?

Malena: Es difícil combatir la piratería, siendo que esta está instaurada en la sociedad. Además por culpa de que tardan los estrenos por todo lo que decíamos antes, la gente prefiere verlo por Internet. Y lo peor de todo es que se acostumbraron a ver películas en mala calidad. Aún así, yo pienso que hay ciertos géneros, como las románticas, por ejemplo, que no son para ver en el cine, salvo que vengas con tu pareja, o algo así. En cambio otros que sí, como las de ciencia ficción o acción, que implican más efectos especiales o algo de adrenalina que en la pantalla grande se disfrutan muchísimo más.

Gabriel: El problema es que acá está La Placita (un mercado con artesanías, ropa, y de todo un poco... trucho), o se puede cruzar a Encarnación. Y todo lo pirata está tan accesible que prefieren ir por ese lado. Si comparás, es más barato comprar una película pirata que ir a verla al cine. Encima la generación de ahora creció sin cines, en ese lapso de cinco o seis años que no hubo ni una sola sala en como cuatrocientos kilómetros, los chicos se acostumbraron a alquilar un DVD, bajárselo de Internet, o comprarlo pirata. La piratería es como un cáncer, que nosotros tenemos que padecer encima.


La cuestión está complicada. Y como dicen Malena y Gabriel, no se puede hacer demasiado mientras la piratería mande y el único espacio de lucha contra ese “cáncer” sea un monopolio con intereses exclusivamente comerciales, sin una inspiración como lo es la competencia en el mundo capitalista en que vivimos, y un perfil que se redefine constantemente, durante cada entrada vendida. Algo está claro: el cine está, y su función será determinada por el que asista a una de sus cuatro bellísimas salas para seguir consumiendo algo tan espectacular como el séptimo arte.

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