Mi documental "A Fanatic By Choice"

viernes, 28 de mayo de 2010

Clash of the Titans 3D

Título: Clash of the Titans
Director
: Louis Leterrier
Guión: Travis Beachman, Phil Hay, Matt Manfredi y Beverley Cross (de la versión 1981)
Género
: Acción, Aventura, Drama, Fantasía
Duración
: 106 minutos
Origen
: Estados Unidos, Reino Unido
Año
: 2010
Reparto
: Sam Worthington, Liam Neeson, Ralph Fiennes, Gema Arterton y Mads Mikkelsen


Dilema entre tecnicismo y cinefilia

Tecnicista: En el momento en el que uno se pone los anteojos, Clash of the Titans nos entrega unos excelentes encuadres en profundidad y uno se siente realmente en el lugar de los hechos y en la época, más allá de la típica deformación del lenguaje proveniente de los angloparlantes.

Cinéfilo: Esta es una de las peores películas que el cine hollywoodense ha dado. Me imagino que verla en 35 mm debe ser lo más aburrido de bancarse este bodriazo profanador de aquel gran film llamado Clash of the Titans (1981), que tampoco es que haya sido tan bueno que digamos.

Tecnicista: Después de The incredible Hulk (2008) y el comienzo de la saga Transporter, con The transporter (2002) y Transporter 2 (2005), con esta película Louis Leterrier demuestra que tiene mucha mano para las cintas de acción. Clash of the Titans tiene el ritmo adecuado para transmitir las secuencias, y no abusa de un metraje que de ser un poco más largo -como acostumbran estas propuestas- caería en lo típico.

Cinéfilo: Puede que esté bien dirigida pero... ¿y el resto? Pésimas actuaciones, un guión deplorable, trama sin sentido, y encima todo parece hecho con decorados de cartón.

Tecnicista: Efectos especiales muy buenos. Se destaca la composición del Kraken y Medusa, además de las escenografías oscuras, denostando un buen trabajo fotográfico. La mejor escena, en el Inframundo.

Cinéfilo: Intenta apoyarse en subtramas, pero termina siendo una sucesión de hechos sin rumbo que no tienen ni pies ni cabezas. Eso, a tener que soportar el estereotipado papel de Sam Worthington y la contienda sin contienda entre Zeus (pésimo trabajo de Liam Neeson) y Hades (Voldemort con pelo y joroba, otro mal trabajo de Ralph Fiennes), hace que den más ganas de levantarse de la butaca e irse.

Tecnicista: El final es malo. El comienzo también. Pero el transcurso levanta vuelo gracias a todo ese despliegue visual que hace de esta película una más de la trova que viene a resignificar al cine como lo conocíamos hasta hace unos años, en eso que algunos ya denominan "post-cine".

Cinéfilo: Horrible película, pero no porque sea de horror (no lo es), sino porque es pésima. Ni siquiera las secuencias de violencia levantan vuelo. Nada sobrepasa el límite de lo políticamente correcto. Es un ATP bien basura.

Tecnicista: Del 1 al 10, la recomiendo con un 8.

Cinéfilo: Del uno al d... bah, ni siquiera se merece mencionar el diez ante este esperpento. Un 1.

Conclusión de Pablo Martínez (en el papel del tecnicista y el cinéfilo): A los que les agradaron los blockbusters como 2012 o Avatar, ésta es una propuesta que les puede interesar. Leterrier hace un gran trabajo junto a su equipo técnico, pero si se intenta buscar demasiado (o más de lo que se esperaba) de este film, al igual que yo, terminarán muy, muy desilusionados. Quizás sea por la premisa de la que parte la historia, pero ningún personaje se presta a la representación por parte del espectador, quizás porque todo está demasiado clicheado. El final de la película es un trámite rumbo a la salida de la sala o la búsqueda del control remoto para presionar el Stop. Obviamente en 3D se la aprecia mucho más, así que no es recomendable, porque no pasa de lo visual.


domingo, 23 de mayo de 2010

Remember Me

Título: Remember Me
Director: Allen Coulter
Guión: Will Fetters
Género: Drama, Romance
Duración: 113 minutos
Origen: Estados Unidos
Año: 2010
Reparto: Robert Pattinson, Pierce Brosnan, Chris Cooper, Emilie de Ravin y Ruby Jerins.


La abstracción de la memoria

Cuando por fin aparece en cartelera una película romántica cuya premisa es digna de la hoguera, y encima se puede poner a consideración la calidad actoral de Robert Pattinson -conocido por sus insulsas participaciones estelares en la saga Twilight-, uno se frota las manos de la emoción. Pero cuando al sentarse a apreciar los matices que hacen al film uno se encuentra con que sorpresivamente la historia no es tan mala y, aún peor, Pattinson tampoco lo es, todo se vuelve confuso.

El que nació siendo el moribundo carilindo Cedric Digory en Harry Potter and the Goblet of Fire (2005) despliega credibilidad en su personaje, en parte gracias al complemento de actores en un correcto rol que tiene alrededor. Su personaje se devora cada fotograma, haciendo contraste con un nuevo gran papel de Pierce Brosnan y una importante participación de Chris Cooper. Las escenas en que estos tres se conjugan en la pantalla son de lo mejor del largometraje, siendo todo lo contrario a las secuencias románticas con una Emilie de Ravin que, si bien hace linda pareja con Pattinson, no logra convencer aisladadamente.

El guión es lo que más sorprende... es bastante bueno. De hecho, la trama no aburre y, a pesar de que no encuentra un súmun de acción que despierte del onanismo a las muchachitas que caerán en el producto engañoso del póster, se descubre minuto a minuto entre emocionantes líneas de diálogo entre el protagonista y su hermanita, o en el pasado que tanto pega de cerca a los dos enamorados, que se ven sumidos en una memoria ultrajada por las circunstancias instantáneas de la vida, sin importar el grado de shock de los hechos que los formaron.

El título está muy bien puesto. Ese "recuérdame" es sobre la historia, la paciencia, la atención paternofilial, la del amor, la de la vida en sí misma, con todos sus matices. Y ese final tan inesperado es el aval principal de la tésis central de la trama. Si uno llega a un punto en que no quiere seguir viendo la película, con el final termina por aceptar que todo lo anterior tenía un sentido, aunque sea por el simple hecho de recibir una percepción emotiva desde las imágenes, algo que casualmente es lo que se busca a la hora de elegir un film para ver... y algo que el cine de hoy, refugiado en la comodidad de la industria -y, aceptando los dardos, diré que éste no es el caso- no logra hacer llegar.

Esta es una película que destaca el rol interpretativo por encima de la historia, y sólo puede llegar a conmover justamente a aquel que sienta de cerca el caso que atañe al personaje principal. Insisto en que, en lo personal, el final me sorprendió/impactó. Fue inesperado. Y lo mismo sucedió con el histrionismo que por fin demuestra Pattinson en su trabajo individual, sin quedar opacado por los nombres que lo rodean en este proyecto.
No es la gran cosa, pero mantiene atento al espectador... y bueno, obviamente, a las espectadoras.

viernes, 21 de mayo de 2010

Dos hermanos

Título: Dos hermanos
Director: Daniel Burman
Guión: Daniel Burman y Diego Dubcovsky (novela)
Género: Drama, Comedia
Duración: 112 minutos
Origen: Argentina
Año: 2010
Reparto: Antonio Gasalla, Graciela Borges, Elena Lucena, Rita Cortese y Omar Nuñez.


Las dos costas de la vida

Refugiados en la solemnidad casi esclavisada del seno materno, Marcos (brillante Antonio Gasalla) y Susana (genial, aunque caricaturizada, Graciela Borges) viven dos vidas distintas. El primero en una tranquilidad que roza lo insulso, introvertido y opacado por los divagues de grandeza de la segunda. Ambos son distintos, y ambos encararán la muerte de Neneca (tierna y bella en su papel, Elena Lucena) de maneras diferentes.

Daniel Burman retoma el tópico de las problemáticas familiares excéntricas, cayendo en los lugares cómicos y en los costumbrismos regionales, aunque abunda muchísima calidad dialogal, en parte por las excelentes interpretaciones de los dos protagonistas. Esta es una historia que uno sigue sumido en una verosimilitud elogiable, y un ritmo narrativo que no es perfecto ni grandioso, pero tampoco es irreprochable. Sorprende la elegancia con la que Burman escapa al esteorotipo, acudiendo a Gasalla y Borges -más un reparto que está muy bien en general- para englobar la tarea con una frutillita en el postre.

La dirección del realizador de El abrazo partido no es que sea la gran cosa tampoco. Es que uno se pierde en la emotividad de las escenas en que Marcos pierde la mirada en la nostalgia de la casa de su madre, o Susana hace de las suyas con sus dudosos negocios inmobiliarios (un chasco tras otro). "El roaming, Susana, no tengo el roaming". Genial.

La fotografía del film es muy bonita. Las secuencias en que ambos hermanos cruzan el río para ir de Buenos Aires a Villa Laura están muy bien iluminadas, a comparación de lo que uno acostumbra en los proyectos nacionales en cuanto a los rodajes en exteriores. El sol es puro, como la actitud de Marcos, mientras que Susana prefiere la oscura comodidad del interior del yate mientras degusta "calentitos" y satisface su paulatino alcoholismo con champagne y wisky importado. Eso, y ni hablar de la toma final frente al "mar" según ella, y en verdad el "río" según él.

El contraste entre ciudad y pueblo-balneario es interesantísima, sobre todo desde la construcción psicológica de ambos personajes. El hecho de que uno termine en Uruguay y la otra se quede en su delirio de la Capital Federal no es detalle menor; todo sale de la reacción ante la pérdida materna, y la reestructuración del complejo de Edipo vista desde esa obra de teatro de los adultos.

Quizás se desinfla hacia el final, lo que la vuelve bastante desilusionante. Y quizás uno hubiese querido más gags de Antonio, quien supo deleitarnos con grandes personajes como la Mamá Cora o la empleada doméstica. Pero esta cinta no es para reír. Quizás arranque un par de sonrisas, pero no es una comedia, como algunas fichas técnicas lo insinuan. No, es un drama familiar, muy bien retratado y encarnado por dos protagonistas descomunales. Cada detalle de su andar es digno de aplausos, aunque el conjunto que hace al todo no termine por convencer debidamente. Pero bueno, por lo menos no "hace el ridículo".

domingo, 16 de mayo de 2010

Robin Hood

Título: Robin Hood
Director: Ridley Scott
Guión: Brian Helgeland, Ethan Reiff, Cyrus Voris
Género: Acción, Drama
Duración: 140 minutos
Origen: Estados Unidos, Reino Unido
Año: 2010
Reparto: Russell Crowe, Cate Blanchett, Max von Sydow, Mark Strong, Kevin Durand y Oscar Isaac


Hood-Men: Orígenes

Siendo la cinta de apertura en el Festival de Cannes, nos llega Robin Hood, film dirigido de manera excelente por Ridley Scott, quien retoma la temática histórica que tanto éxito le trajo en otras obras como Gladiator (2000), nuevamente con la cara de Russell Crowe, y contando la historia que dio pie a la leyenda del afamado ladrón de los ricos y defensor de los pobres.

Con la ya agotada premisa de las aventuras del arquero, Scott y sus guionistas decidieron acertadamente centrarse en los hechos que formaron la personalidad de Robin Longstride, que luego se convertiría en quien todos conococemos. Para ello, infaltable, recurrieron a secuencias de guerra épica, muchos extras colisionando entre sí en varios actos clicheados sucedidos, gritos de hombría, Crowe poniendo cara de malo, y espectaculares secuencias de acción que además agregan como nuevo condimento esos ralentis en primerísimo primer plano detalle en, por ejemplo, el desenlace o aquellos momentos en los que Hood hace gala de sus dotes con el arco y la flecha.

El guión, para qué dar vueltas, es pésimo. Los diálogos son toscos, no llevan a nada, y, al igual que la trama en general, no tienen un eje narrativo del que prenderse para seguir rumbo. De hecho, el impás generacional que sufre la cinta a partir del encuentro entre Crowe y una también tristemente desaprovechada Cate Blanchett es fiel muestra de ello, llegando a generar reacomodamientos en la butaca e incluso bostezos. Uno anhela que la cámara se quede un rato más con las travesuras del personaje de Crowe, cuando éste da indicios de sus hazañas que luego lo inmortalizarían, como la escena del asalto en la madrugada o la incursión en la emboscada.

El problema con este tipo de cintas es que, cuando la acción se da un break, los discursos pasan a tomar un protagonismo que no merecen, y más cuando se denota una falta grave de ingenio en los remates de las conversaciones. Señoras y señores, el Robin Hood de Scott y sus amigos es un demagogo. No hay con qué defender esos discursos diplomáticos con el Rey, ni las arengas, ni mucho menos las charlas entre los dos tortolitos (lo más predecible y aburrido del film)... todo es tan empalagoso que uno pide a gritos que vuelvan esas hermosas tomas aéreas o los travellings en las secuencias de acción.

La película está muy bien fotografiada. Hay mucho provecho sacado de las ambientaciones y los paisajes, así como también se percibe un buen uso de los colores a la hora de, por ejemplo, elegir el vestuario. En lo artístico, la cinta se lleva todo el mérito; en lo técnico, Scott hace un muy buen trabajo; el guión, ya lo saben.

Típico film histórico. Si busca buenas escenas de acción, adrenalina, o alguna historia con la cual pasar de largo 140 minutos de su vida, quizás esta sea la elección correcta. Si busca ir más allá de eso, es decir, buenas actuaciones, un guión creíble, y una mirada no tan trastocada por la subestimación al público tan característica de la industria hollywoodense, búsquese otra. Acá no hay demasiado para ver. O por lo menos algo que aún no se haya visto.


viernes, 14 de mayo de 2010

Volvemos, casi 2.0

Después de un mes de inactividad a causa de un abrupto e impiadoso comienzo de clases, vuelve el blog. Renovado, con apariencia un poquito cambiada (le viene bien un poco de feng shui), y con las mismas ganas de siempre de comentar cine, El Blog de Pablo Martinez retoma sus actividades para traer, como siempre, un punto de vista más a la inmensidad de opiniones sobre este arte.

Los espero comentando, debatiendo y analizando como siempre. Ahora sí se puede decir que arranca el 2010 -medio tarde, ¿no?- para el blog.

Un fuerte abrazo para todos!

PM

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