Título: Dos hermanos
Director: Daniel Burman
Guión: Daniel Burman y Diego Dubcovsky (novela)
Género: Drama, Comedia
Duración: 112 minutos
Origen: Argentina
Año: 2010
Reparto: Antonio Gasalla, Graciela Borges, Elena Lucena, Rita Cortese y Omar Nuñez.
Las dos costas de la vida
Refugiados en la solemnidad casi esclavisada del seno materno, Marcos (brillante Antonio Gasalla) y Susana (genial, aunque caricaturizada, Graciela Borges) viven dos vidas distintas. El primero en una tranquilidad que roza lo insulso, introvertido y opacado por los divagues de grandeza de la segunda. Ambos son distintos, y ambos encararán la muerte de Neneca (tierna y bella en su papel, Elena Lucena) de maneras diferentes.
Daniel Burman retoma el tópico de las problemáticas familiares excéntricas, cayendo en los lugares cómicos y en los costumbrismos regionales, aunque abunda muchísima calidad dialogal, en parte por las excelentes interpretaciones de los dos protagonistas. Esta es una historia que uno sigue sumido en una verosimilitud elogiable, y un ritmo narrativo que no es perfecto ni grandioso, pero tampoco es irreprochable. Sorprende la elegancia con la que Burman escapa al esteorotipo, acudiendo a Gasalla y Borges -más un reparto que está muy bien en general- para englobar la tarea con una frutillita en el postre.
La dirección del realizador de El abrazo partido no es que sea la gran cosa tampoco. Es que uno se pierde en la emotividad de las escenas en que Marcos pierde la mirada en la nostalgia de la casa de su madre, o Susana hace de las suyas con sus dudosos negocios inmobiliarios (un chasco tras otro). "El roaming, Susana, no tengo el roaming". Genial.
La fotografía del film es muy bonita. Las secuencias en que ambos hermanos cruzan el río para ir de Buenos Aires a Villa Laura están muy bien iluminadas, a comparación de lo que uno acostumbra en los proyectos nacionales en cuanto a los rodajes en exteriores. El sol es puro, como la actitud de Marcos, mientras que Susana prefiere la oscura comodidad del interior del yate mientras degusta "calentitos" y satisface su paulatino alcoholismo con champagne y wisky importado. Eso, y ni hablar de la toma final frente al "mar" según ella, y en verdad el "río" según él.
El contraste entre ciudad y pueblo-balneario es interesantísima, sobre todo desde la construcción psicológica de ambos personajes. El hecho de que uno termine en Uruguay y la otra se quede en su delirio de la Capital Federal no es detalle menor; todo sale de la reacción ante la pérdida materna, y la reestructuración del complejo de Edipo vista desde esa obra de teatro de los adultos.
Quizás se desinfla hacia el final, lo que la vuelve bastante desilusionante. Y quizás uno hubiese querido más gags de Antonio, quien supo deleitarnos con grandes personajes como la Mamá Cora o la empleada doméstica. Pero esta cinta no es para reír. Quizás arranque un par de sonrisas, pero no es una comedia, como algunas fichas técnicas lo insinuan. No, es un drama familiar, muy bien retratado y encarnado por dos protagonistas descomunales. Cada detalle de su andar es digno de aplausos, aunque el conjunto que hace al todo no termine por convencer debidamente. Pero bueno, por lo menos no "hace el ridículo".
Director: Daniel Burman
Guión: Daniel Burman y Diego Dubcovsky (novela)
Género: Drama, Comedia
Duración: 112 minutos
Origen: Argentina
Año: 2010
Reparto: Antonio Gasalla, Graciela Borges, Elena Lucena, Rita Cortese y Omar Nuñez.
Las dos costas de la vida
Refugiados en la solemnidad casi esclavisada del seno materno, Marcos (brillante Antonio Gasalla) y Susana (genial, aunque caricaturizada, Graciela Borges) viven dos vidas distintas. El primero en una tranquilidad que roza lo insulso, introvertido y opacado por los divagues de grandeza de la segunda. Ambos son distintos, y ambos encararán la muerte de Neneca (tierna y bella en su papel, Elena Lucena) de maneras diferentes.
Daniel Burman retoma el tópico de las problemáticas familiares excéntricas, cayendo en los lugares cómicos y en los costumbrismos regionales, aunque abunda muchísima calidad dialogal, en parte por las excelentes interpretaciones de los dos protagonistas. Esta es una historia que uno sigue sumido en una verosimilitud elogiable, y un ritmo narrativo que no es perfecto ni grandioso, pero tampoco es irreprochable. Sorprende la elegancia con la que Burman escapa al esteorotipo, acudiendo a Gasalla y Borges -más un reparto que está muy bien en general- para englobar la tarea con una frutillita en el postre.
La dirección del realizador de El abrazo partido no es que sea la gran cosa tampoco. Es que uno se pierde en la emotividad de las escenas en que Marcos pierde la mirada en la nostalgia de la casa de su madre, o Susana hace de las suyas con sus dudosos negocios inmobiliarios (un chasco tras otro). "El roaming, Susana, no tengo el roaming". Genial.
La fotografía del film es muy bonita. Las secuencias en que ambos hermanos cruzan el río para ir de Buenos Aires a Villa Laura están muy bien iluminadas, a comparación de lo que uno acostumbra en los proyectos nacionales en cuanto a los rodajes en exteriores. El sol es puro, como la actitud de Marcos, mientras que Susana prefiere la oscura comodidad del interior del yate mientras degusta "calentitos" y satisface su paulatino alcoholismo con champagne y wisky importado. Eso, y ni hablar de la toma final frente al "mar" según ella, y en verdad el "río" según él.
El contraste entre ciudad y pueblo-balneario es interesantísima, sobre todo desde la construcción psicológica de ambos personajes. El hecho de que uno termine en Uruguay y la otra se quede en su delirio de la Capital Federal no es detalle menor; todo sale de la reacción ante la pérdida materna, y la reestructuración del complejo de Edipo vista desde esa obra de teatro de los adultos.
Quizás se desinfla hacia el final, lo que la vuelve bastante desilusionante. Y quizás uno hubiese querido más gags de Antonio, quien supo deleitarnos con grandes personajes como la Mamá Cora o la empleada doméstica. Pero esta cinta no es para reír. Quizás arranque un par de sonrisas, pero no es una comedia, como algunas fichas técnicas lo insinuan. No, es un drama familiar, muy bien retratado y encarnado por dos protagonistas descomunales. Cada detalle de su andar es digno de aplausos, aunque el conjunto que hace al todo no termine por convencer debidamente. Pero bueno, por lo menos no "hace el ridículo".
Hola, pues la verdad es que no he visto este film pero he escuchado muchas cosas de "dos hermanos".
ResponderEliminarEn mi blog he publicado unos premios de lo peor del 2009 y también las nominaciones a los "Cinespera Awards" espero que des una vuelta por allá.
Saludos!!
Lamento no coincidir, pero este film me aburrió terriblemente. Hice mi mejor esfuerzo en el intento de que me gustase, pero a medida que pasaban los minutos, más sueño me generaba. Lo mejor, las actuaciones (en especial la de Gasalla) y los primeros 20 minutos... lo peor: que toda la gracia y el ritmo de esos minutos se van en picada... Primera película de Burman que no me gusta...
ResponderEliminarPablo, creo que Dos Hermanos podría haber sido una gran película, pero como decis vos, se desinfla sobre el final. No me gustó Gasalla, a pesar de que lo admiro muchisimo como actor, creo que aun le falta un poco más de trayecto por la pantalla grande, en donde las expresiones, formas de hablar y maneras de moverse son todo lo contrario al teatro. Sin embargo, apuesto por el en futuras producciones, es un grande
ResponderEliminarInteresante tu reseña, ya de por si la peli, seduce por los protagonista que tiene, que sabemos son dos grandes ;-) Que a eso se le agregue una buena fotografía ya es mucho decir. En cuanto a la dirección, Burman nunca fue de deslumbrar, es medido y sin embargo con eso alcanza.
ResponderEliminarSaludos!!!
Osea que las escenas, funcionarán bien por separado? No he visto mucho cine argentino, así que no conozco a los protagonistas, pero por lo que veo, son excelentes y grandes. Me la apunto en mi lista de espera!
ResponderEliminarTe espero por mi blog, tengo critica de A Single Man! http://yahircriticacine.blogspot.com