En el 2005 una amiga me dijo durante la clase de Preceptiva Literaria: "No sabés la peli que vi ayer... ¡¡tremenda!! Te va a encantar." Y así fue, por su terror psicológico y ser bastante cruenta en sus imágenes combinadas con el relato cautivante que tiene.
La cito alegando que dio en la tecla cuando me recomendó
Saw, una cinta en la que nos encontrábamos con dos desgraciados encadenados en un baño inmundo, desprovistos de comunicación con el exterior, y la compañía del cadáver de otro desgraciado que se voló la cabeza en ese preciso lugar por tener "tanto veneno en la sangre". Unos grabadores le decían qué debían hacer para "salvarse", y así sucesivamente.
Hoy, a más de cinco años del estreno oficial de esa película que a mí me había llegado casi un año después -- a meses de su secuela --, nos encontramos con la sexta parte... si, la sexta parte (no, no es
Harry Potter). "¿Y cómo llegamos a una sexta entrega? Que bodrio," dirán algunos... pues no. Muchos me querrán meter en algunas de las máquinas diseñadas por el temible John Kramer, alias Jigsaw (interpretado por un correcto Tobin Bell, a esta altura, del calibre de personajes como Jason, Freddy, Hannibal Lecter, etc), pero tengo que decir que, para mí, esta es una genialidad de Hollywood, que reivindica el buen terror a base de -- para qué negarlo -- herramientas más que atrayentes (marketineras, aunque creo que no llegaron a salir los muñequitos ni las réplicas en miniatura de los "juegos") como el gore, la pornografía, la psicología a lo Stephen King y, por supuesto, el sustito programado y hecho para el querido consumidor.
Para entender filmes como éstos, en los que trabajaron alrededor de cinco guionistas y cuatro directores, hay que considerar los matices argumentales por sobre la estética gore que invade la pantalla, grande o chica. Muchos cometen el (entendible) error de poner la sangre y el morbo por encima del "mensaje" que manda el protagonista, creado con mano de cirujano por parte de los escritores de esta escalofriante historia. Lo cierto es que hay todo un mundo de diálogos exquisitos entre tanta carnicería (que aún así no supera a la desagradable
Hostel de Eli Roth).
Qué les parece si hacemos un paneo general de lo que fue esta saga, que en teoría ha llegado a su fin esta semana, con el estreno de
Saw 6.
Saw (2004)
¿Quién olvidará esa mítica escena en la que el Dr. Gordon (Cary Elwes) deduce que los cerruchos no son para las cadenas? ¿O el primer "Hello... I wanna play a game"? ¿O lo doloroso que fue para Amanda (Shawnee Smith) escuchar que la llave para abrir esa inmensa trampa de oso invertida en su cabeza estaba en el estómago de su compañero "muerto"?
Sin dudas, uno de los mejores films de terror de la década. Con una trama intensa, unos diálogos cautivantes, y un final ES-PEC-TA-CU-LAR en el que los que no la vieron podrán poner a prueba sus dotes de detective, aunque -- como la mayoría -- fracasarán rotundamente en el intento.
Dirigida por James Wan, con quién también escribió el actor protagónico Leigh Wannel. Para muchos, el mejor dueto detrás de cámaras de toda la saga, y servidor coincide rotundamente.
Inolvidable.
Calificación (del 1 al 10): 10Saw II (2005)
Ya en esta secuela vemos un dejo de ironía para con los Reality Show, ya que dejamos los baños para pasar a una casa entera en donde ocho son los desgraciados que se ven expuestos como conejillos de india frente a unos impotentes efectivos SWAT que atraparon a Jigsaw en su guarida, aunque éste lo haya hecho a propósito.
Para nada comparable con su precuela, pero con la misma intensidad y un poco más de sangre brotando de esos cuerpos lastimados. Para los fans de la saga, esta película tiene las muertes más "creativas" o "artísticas" de toda la saga.
Dirigida por el jóven Darren Lynn Bousman, de tan sólo 27 años de edad, quien para muchos es el director más gráfico que tuvo esta entrega de seis sangrientos tomos. Wannel volvió a colaborar en el guión.
Gracias al espectacular final, la película se salva de ser una insulsa secuela, pero eso no quita que sea aceptable y se espere una obvia tercera parte. Aquí se comenzaba a olfatear una saga, aunque muchos soñábamos con una simple trilogía.
Calificación: 7Saw III (2006)
La más fuerte de todas. Ya tocamos fondo con el morbo-porno a pleno, y una memorable cirujía de cráneo en primer plano que hace a uno retorcerse de dolor. Un film mucho más denso en cuanto a entramado, y con un aire depresivo por la prueba que tiene que atravesar el protagonista mientras una doctora trata de mantener con vida a Jigsaw, que padece un cáncer "inoperable".
El final majestuoso con vuelta de tuerca incluída ya es cortesía de la casa, y gracias a que se repite la fórmula Bousman-Wannel se mantiene la idea general de lo que venía siendo la historia.
Al igual que en la primera, nadie podrá descifrar el desenlace de esta historia con un nuevo final abierto.
Para mí, la más violenta de toda la saga. Y es la única que da "miedo" de verdad, aunque esto es demasiado relativo dependiendo de quien la mire, obviamente.
Calificación: 9
Saw IV (2007)
Ya entramos a otro tipo de film. No sólo porque cambia todo el equipo de los que están detrás de cámara, sino porque -- dadas las circunstancias -- es imposible seguir con el tipo de trama de las anteriores tres entregas. Ahora de film de terror pasamos a policial negro con tintes de thriller.
La policía es la protagonista, intentando descifrar las tramas del desaparecido John Kramer.
Por supuesto, esta película ya se puede denominar "rebuscada", aunque estamos ante la más rica en contenido argumental, por sus idas y vueltas y un entrelazado de historias casi imposible de seguir si no fuese por los benditos flashbacks que van hilando todos los hechos de una manera admirable.
Ahora son Patrick Melton y Marcus Dunstan los guionistas, quienes se quedan hasta el final de la saga. Junto con la dirección de Bousman, la última, crean el capítulo más interesante de toda la serie, con un relato incomprensible desde la anacrónica y prolífera escena de la autopsia hasta el excelente final. El suspense invade la pantalla, y la tensión y la sorpesa van de la mano en este no tan sangriento (quizás sea el menos sangriento) episodio.
Calificación: 8
Saw V (2008)
La paciencia de los no tan fans aquí ya se ha colmado, aunque era evidente que se iba a ser una secuela más (desde la cuarta película se divulgó la idea de que serían seis las entregas). Ahora seguimos más policiales y más thrillers que nunca, aunque sin dejar de lado la sorpresa.
De este filme no hay mucho para decir, ya que solo es una transición entre la cuarta y la sexta entrega, como pasa con la mayoría de las anteúltimas partes.
El novato David Hakl nos deja en bandeja el desenlace de la historia con una nueva vuelta de tuerca hacia los últimos minutos de la película. Pero nada más allá de eso. Es la menos "Saw" de todas. Aunque no se puede negar que la imaginación y la creatividad de los creadores es increíble.
Calificación: 6
Saw VI (2009)
Llegamos a lo que nos compete: el final.
Sin duda estamos ante una errónea finalización de la historia, ya que lamentablemente la extensión de la saga hizo que muchos fans no muy atentos se pierdan de ciertos matices que nos llegan en formato de flashback nuevamente. El ritmo de la película es intenso, aunque por momentos no parece ser Saw lo que estamos viendo. Vuelven las capturas del espeluznante cerdito, y se atan todos los cabos sueltos dejados por el camino. Se revela un nuevo enemigo de Jigsaw (que ni tendríamos en cuenta, porque es un personaje nuevo), el verdadero, que revela la verdadera causa por la que el viejo se puso a "rehabilitar" gente.
Después de la tercera -- con la que está muy ligada --, es la más violenta de todas, con un comienzo estremecedor y un final que no decepsiona.
Es difícil explicar más que eso ya que uno no quiere hacer Spoiler, pero la recomiendo ampliamente para que vean de qué trata.
Calificación: 6En resumidas cuentas, estamos ante una saga memorable, que quedará por siempre como una de las películas de terror más interesantes de la historia del género. La creación de un personaje tan aterrador como un simple ciudadano movido por una causa "justa" y la lucha contra su propio cáncer, símbolo del que tiene impregnada la sociedad entera por sus locuras y sus infiernos, sin duda es lo más acertado de todo. Su antísesis es el hecho de habernos tenido que acostumbrar a actuaciones inverosímiles y bastante planas.
Aunque los momentos finales de cada uno de los films, con la música de Charlie Clouser sonando de fondo, son impagables.
Para los amantes del género, es una historia imperdible. Para los demás, no tanto, aunque sí es recomendable.
No me extrañaría que quisieran engordar más la historia con fines de lucro, lo que arruinaría aún más esta saga, que después de un final tan poco sorprendente hace a uno pensar "Se hubiesen conformado con la primera y ya."