Después del clásico Raro (2006), Cuarteto de Nos vuelve a arremeter con letras hilarantes basadas en la manipulación del idioma y rimas pseudo raperas que se entremezclan formando verdaderos convoys líricos para una guerra de discursos (por muy absurdos que sean). La inmutable formación que viene causando estragos en Uruguay desde 1984, mantiene la línea comercial en la producción que los catapultó a la masividad a partir del anterior disco ya mencionado, para volver a incluír tics, gags y riffs (felicitame Roberto Musso) que de a poco se van convirtiendo en marca registrada y cortesía de la casa.
Bipolar no le rehúye al sintetizador, la cumbia barata made in Sudamérica, ni al cántico neoreggeatonero para expresarse. Esto podemos palpar en la olvidable "Mírenme", la interesante "Bipolar", y la anodina "Malherido", canciones que se resaltan sólo por el intento de innovación por parte de la banda dentro de su propia historia, por momento pareciendo niños jugando con cosas extravagantes. Es que Bipolar suena cansador, fantasioso, inverosímil, poco serio y algo experimental, por supuesto que esto último es lo mejor. Los deseos de autosuperación, consumados con una nueva camada de letras que hablan de "yo soy yo, soy esto, soy soy", conforman un disco desilusionante y repetitivo, dejando como único mérito la exaltación de Raro como el súmmum de la carrera de estos cuatro comediantes que hacen muy buena música, pero que no salen de la influencia cada vez más obvia y grotesca de Les Luthiers ("el que quiera celeste, que mezcle azul y blanco" en "Breve descripción de mi persona").
Se destacan las emociones que logran plasmar en "Miguel gritar", una auténtica terapia psiquiátrica a cargo de Musso en las violas y el desgarrador estribillo, "Mi lista negra", la mejor canción del álbum, y "Nada me da satisfacción", track que debió pertenecer a la exitosa generación de Raro -porque cuadra más en su psicología freak tan risible-. Después están los homenajes a su discografía en la reversión de "Me amo" y la estética sonora de "Doble identidad" (sí, ya sé, es redundante... me dí cuenta que hay otro tema que se llama "Bipolar", pero bueno, no es mi culpa), y el toque comercial para "El hijo de Hernandez" y "Razones" (cuyo estribillo pega en el palo del plagio a un tema de Cielo Razzo).
Cabe remarcar que a partir de "Mírenme", el disco se viene abajo en un brusco descenso tanto musical como lírico. Así quedan expuestas las mayores carencias del cuarteto, principalmente en la voz de Roberto Musso, que parece que por nada del mundo piensa salir de su modo tan convencional para cantar en la misma nota.
Casi como un espectro que quedó relegado a un tibio costado después del boom de su predecesor, Bipolar es un capítulo más en la calidad compositiva de letras rimbombantes y espectaculares, pero que no se ven apoyadas por una temática explotadísima que queda en jaque ante una bastante reprochable migración a géneros comerciales dignos de las apestosas cadenas televisivas que difunden la basura de hoy en día. Lamentablemente, estos buenazos quedaron atrapados en el huracán Mtv, que ya ha arrasado este rincón de la Tierra.
Calificación (del 1 al 10): 5
Bipolar no le rehúye al sintetizador, la cumbia barata made in Sudamérica, ni al cántico neoreggeatonero para expresarse. Esto podemos palpar en la olvidable "Mírenme", la interesante "Bipolar", y la anodina "Malherido", canciones que se resaltan sólo por el intento de innovación por parte de la banda dentro de su propia historia, por momento pareciendo niños jugando con cosas extravagantes. Es que Bipolar suena cansador, fantasioso, inverosímil, poco serio y algo experimental, por supuesto que esto último es lo mejor. Los deseos de autosuperación, consumados con una nueva camada de letras que hablan de "yo soy yo, soy esto, soy soy", conforman un disco desilusionante y repetitivo, dejando como único mérito la exaltación de Raro como el súmmum de la carrera de estos cuatro comediantes que hacen muy buena música, pero que no salen de la influencia cada vez más obvia y grotesca de Les Luthiers ("el que quiera celeste, que mezcle azul y blanco" en "Breve descripción de mi persona").
Se destacan las emociones que logran plasmar en "Miguel gritar", una auténtica terapia psiquiátrica a cargo de Musso en las violas y el desgarrador estribillo, "Mi lista negra", la mejor canción del álbum, y "Nada me da satisfacción", track que debió pertenecer a la exitosa generación de Raro -porque cuadra más en su psicología freak tan risible-. Después están los homenajes a su discografía en la reversión de "Me amo" y la estética sonora de "Doble identidad" (sí, ya sé, es redundante... me dí cuenta que hay otro tema que se llama "Bipolar", pero bueno, no es mi culpa), y el toque comercial para "El hijo de Hernandez" y "Razones" (cuyo estribillo pega en el palo del plagio a un tema de Cielo Razzo).
Cabe remarcar que a partir de "Mírenme", el disco se viene abajo en un brusco descenso tanto musical como lírico. Así quedan expuestas las mayores carencias del cuarteto, principalmente en la voz de Roberto Musso, que parece que por nada del mundo piensa salir de su modo tan convencional para cantar en la misma nota.
Casi como un espectro que quedó relegado a un tibio costado después del boom de su predecesor, Bipolar es un capítulo más en la calidad compositiva de letras rimbombantes y espectaculares, pero que no se ven apoyadas por una temática explotadísima que queda en jaque ante una bastante reprochable migración a géneros comerciales dignos de las apestosas cadenas televisivas que difunden la basura de hoy en día. Lamentablemente, estos buenazos quedaron atrapados en el huracán Mtv, que ya ha arrasado este rincón de la Tierra.
Calificación (del 1 al 10): 5
Buena crítica. (a propósito, creo que es Musso no Russo)
ResponderEliminarGracias por el aviso Anónimo. Corregido.
ResponderEliminarCreo que ese tipo de canciones, caen bien a casi todo el mundo, a mi me resultado agradable las primeras veces que las escuche.
ResponderEliminarPero creo que despues de un timepo cansan.
Son para escuchar cada tanto, en cierto tipo de climax.
Pero no es el tipo de musica que una escucha en su casa...
Acabo de leer atentamente tu crítica y son muchísimas las discrepancias que me genera. No sé cuántos discos del Cuarteto hayas escuchado, ni la formación que tengas para poder condenar con tanta pedantería este último trabajo. Creo que para juzgar cualquier cosa en la vida se necesita más responsabilidad y credenciales que sostengan las afirmaciones, más si son de este tenor. Quien desconoce que el apellido de Roberto es Musso y no Russo y escribe apestosas con z, tenga 19 años o 31 como yo, no aparece serio y creíble a los ojos de nadie, por más adjetivos rimbombantes que emplee. Yo en tu lugar primero escucharía, sentiría e investigaría y después humildemente daría mi parecer. Saludos.
ResponderEliminarel es un ombre muy culto y quiesas algunos chistes no los comprendas pero me parece q x lo - se merece un 6
ResponderEliminarHola, no escuche el disco entero pero el tema bipolar tiene toda la onda, parece electronico, cumbiero, es raro pero muy interesante, como casi todas las letras del cuarteto. El blog y las decisiones son tuyas pero humildemente, creo que se merece un puntito más.
ResponderEliminarSaludos, un abrazo, cuando quieras te espero en www.sebastianvargas-cine.blogspot.com