Director: Matthew Vaughn
Guión: Jane Goldman, Matthew Vaughn, Mark Millar (cómic) y John Romita Jr. (cómic)
Género: Acción, Crimen, Thriller, Comedia
Duración: 117 minutos
Orígen: Reino Unido, Estados Unidos
Año: 2010
Reparto: Aaron Johnson, Christopher Mintz-Plasse, Chloë Grace Moretz, Mark Strong, Nicolas Cage y Lindsy Fonseca
Género: Acción, Crimen, Thriller, Comedia
Duración: 117 minutos
Orígen: Reino Unido, Estados Unidos
Año: 2010
Reparto: Aaron Johnson, Christopher Mintz-Plasse, Chloë Grace Moretz, Mark Strong, Nicolas Cage y Lindsy Fonseca
Antes de empezar a ver la peli, y sin tener cuenta de la existencia del cómic, uno espera otra de las tantas parodias a superhéroes con el que el cine de Hollywood de los últimos 10 años nos ha sabido empachar. Sin embargo, pasados los veinte minutos de metraje, uno descubre que, contra todos los pronósticos y a pesar del típico humor teenager simplista, la cosa va en serio... y es ahí cuando comienzan las confusiones.
Uno no sabe qué es peor en Kick-Ass (2010), si ver a Nicolas Cage disfrazado de vigilante a lo Batman o caer en la cuenta de que se despilfarró tanta calidad técnica para terminar conformando a la masa sobre la marcha (las diferencias con la historia 'orignial' son inmensas). Porque, 1) la dirección es excelente, los efectos especiales también, y las actuaciones puede que también, 2) se nota un claro decaimiento en el argumento una vez que se pasa de la hora de duración, y 3) habrá secuelas... no, me refiero a que habrá una segunda parte... pensaron que me refería a... no, ya es tarde para eso.
Este film dirigido por el adicto a los superhéoes Matthew Vaughn despertó sentimientos encontrados en este servidor, ya que de momentos uno la pasa muy bien con toda la acción que brinda la cinta y por otros quiere acabar como el personaje que aparece al comienzo. Es así, bien ambiguo: pasa del buen gusto en los gags a ser terriblemente estúpida, y de lo creible de la construcción de los personajes a una atroz inverosimilitud que la termina manchando más de lo que parece. No hay que engañarse. Kick-Ass tiene pasta de film cool, bien tarantinezco y con el intento (fallido) de recurrir al estilo de Greg Mottola para que los espectadores se sientan más identificados, pero termina quedando en el camino por culpa de un guión flojito que quizás hubiese sido mejor de no tomarse tan en serio como unidad independiente...
Los freaks enmascarados que empiezan lentamente a levantarse como auténticos superhéroes van minando la pantalla para terminar haciendo a uno pensar "¿esta es la tan buena película qué me recomendó fulano? Me dijo que era re original y que te hacía morir de la risa... ¿me habré equivocado?", mientras ves disparos, mucha sangre y una sutil (por qué no habríamos de reconocerlo) inclinación por el bizarre o el gore para describir ciertas escenas.
Párrafo aparte se merecen los personajes. Tenemos a Hit-Girl, que ya pasará a ser de culto, para muchos, con una grandiosa actuación de la prometedora Chloë Moretz; a McLovin... perdón... a Christopher Mintz-Plasse, siguiéndole los pasos en calidad actoral; a la preciosa Lindsy Fonseca robándose la cámara con ese par de ojos impresionantes; Cage haciendo el ridículo; y por último, el protagonista, Aaron Johnson, que empieza bien, hasta que le agarra el huracán "cursi" del guión y se termina queriendo parecer a Daniel Radcliffe y todo se va al muere total.
Para ir cerrando, cabe mencionar que la película tiene su mérito por construir su propio eje narrativo a base de hechos exclusivamente del guión, sin intentar inmiscuirse en fanfarronerías políticas como sí hicieron otras parodias autodeclaradas como verdaderas parodias. Porque, si uno deja de lado el absurdo final, Kick-Ass no es más que una parodia malograda que sobre la marcha cayó en la cuenta de que podía valerse por sí misma, armar una historia propia, y -quién te dice que no- hasta quizás tener su propia legión de admiradores que irán por las calles disfrazados como superhéroe y terminar como el de la escena de la emboscada con la limusina en el callejón.